No
penséis mal mentes calenturientas, no me estoy refiriendo a “esa” primera vez,
no, hablo de mi primera vez en la presentación de un libro. El libro en
cuestión es “Maldita”, de mi “escribidora” favorita, Mercedes Pinto Maldonado.
La
pequeña Lucía salía de su letargo digital para brillar como sólo ella sabe
hacerlo, en papel. Y eso era algo que yo
no me podía perder.
Hace
ya algunos meses, Mercedes nos dio una noche la noticia, ni qué decir tiene que
esa noche el champagne corrió de copa en copa por todo el club. Estábamos todos
emocionadísimos. Lucía, nuestra pequeña, nuestra niña (lo siento Mercedes pero
Lucía dejó de ser sólo tuya hace mucho tiempo), nuestro angelito, salía del
mundo virtual para que cada uno de nosotros tuviéramos un pedacito suyo en
nuestras casas.
Para
que entendáis mi emoción explicaré antes algunas cosas, porque seguro que
pensáis, pero si es un libro, que te puede gustar más o menos, pero al fin y al
cabo un libro como cualquier otro, y la escritora una más de tantas que hay.
Como
conté ya en esta entrada yo me compré la bicicleta estática por mi colesterol,
pues como me aburría mucho en la bicicleta y poner la tele me aburría todavía
más, decidí que leería en lo alto de la misma, pero uno de los primeros libros
que leí era muy pesado y se me cansaban mucho los brazos (delicadita que es
una), por lo que decidí comprarme un libro electrónico, al hacerlo, la misma
web me recomendó varios libros para empezar, y en dicha recomendación estaba
“Pretérito Imperfecto” de Mercedes Pinto Maldonado, yo como soy tan obediente
me dije: si te dicen que leas ese libro pues lo lees, y punto. Y así lo hice,
mi sorpresa fue que me gustó muchísimo, la historia del abuelo Rafael y el
gorrión me cautivó pero ahí se quedó la cosa.
A
los pocos días estaba yo dando una vuelta por el “cara-libro” (que raro, ¿no?)
y era él el que me hacía otra recomendación, que le pidiera amistad a una tal
Mercedes Pinto Maldonado, en esto que me quedo pensando de qué me sonaba a mí ese
nombre, y al momento ¡eureka!, pero si es la escritora del último libro que leí
(¿por qué sabía el caralibro que yo había leído ese libro? Expediente X), y en
ese mismo instante decidí escribirle y decirle lo que me había gustado su
libro.
Ella
agradeció mucho mi mensaje y no sólo de palabra, me envió un código para poder
comprar otro libro, en ese momento yo estaba con Lucía, por lo que lo guardé
para el siguiente, para Josué y compañía.
El
caso es que cuanto más leía de esta escritora más me gustaba su forma de escribir,
y un buen día di también en el caralibro con un grupo de lectores de sus
novelas, pues ahí que me apunté, vamosssss ¿me iba a quedar yo fuera? ¿La mejor
mula sin manta? De eso nada monada. Cierto es que somos cada uno de nuestro
padre y de nuestra madre, pero no es menos cierto que nos unen dos pasiones, el
gusto por la buena literatura y Mercedes.
Y
ahí, capitaneados por la Señá Presi Cita Franco, nos reunimos en la mesa
camilla para hablar sobre los libros de Mercedes, los de Rafael, los de la otra
Mercedes, el de Cita (que espero que sea seguido por muchos más), y tantos y
tantos libros que comentamos, y entre desayunos, comidas, tapas y demás,
reímos, algunas cortan cebollas, hacemos trajes, etc. Y lo mejor de todo es que
lo pasamos genial porque ahí se habla de todo, Mercedes nos permite hablar de
cualquier cosa (sin faltar el respeto a nadie, claro está), fijaros si es
generosa que hasta nos permite que hablemos de los libros de otros autores y
que nos hagamos recomendaciones.
Por
todo ello, no se trataba de una presentación cualquiera, de un libro
cualquiera, de una escritora cualquiera, no, se trataba de la presentación o
mejor dicho del bautizo, de nuestra pequeña, de Lucía.
Pues
allá que iba la Solete a las ocho de la mañana del pasado 14 dirección Madrid,
viaje pesadísimo como siempre pero con mucha ilusión por todo lo que iba a vivir.
Para comer quedé con una amiga, con mi Tesoro, pero eso lo dejo para otra entrada, hoy voy a estar a lo que tengo que estar... después de comer ella salió pitando a trabajar y una servidora se dio una vueltita por Callao, estaba deseando ver a nuestra niña y me planté en la FNAC, di más vueltas que un tonto en una feria y al final tuve que preguntar, y resulta que la tenía a mi ladito y no la había visto, el ansia por tenerla no me dejaba verla jajaja.
Y una vez que ya tenía a la niña y me disponía a salir del centro comercial, me fijé en la sala donde iba a ser la presentación, no pude ver mucho porque las cortinas estaban echadas, mecachisssss... pero sí que vi a Lucía al lado de las escaleras.
A una media hora del evento hablé por teléfono con Eva y así quedé con ella y con las hermanas María José y Alicia, que alegría verlas y poder hablar en persona con ellas.
Acto seguido acompañé a las hermanas a comprar sus libros y nos fuimos al hall para esperar a que nos dejaran pasar al salón, y entonces vimos a una señora así bajita con aires de dama templaria y dijimos, tateeee esta es Margarita, después de los saludos y besos de rigor vimos a un señor con gesto distinguido, y entonces fue, hombreeee Juan Manuel, más besos y más saludos, y fue entonces cuando me di cuenta que dos chicas nos miraban, y las escuché decir: Mira, ahí está Margarita, y esas son las hermanas Boza... y yo que soy tan guapa y tan lista pensé, tiene que ser alguien del club cuando sabe nuestros nombres, y en efecto, así fue, era la gran Celia y su amiga Carmen, más abrazos y más besos.
Todos con nuestro libro en las manos, estábamos de los nervios jajajaja y de momento se descorre la cortina y sólo nos faltó correr a lo "beliebers" (verdad Celia???), y nos dijimos unos a otros: Delante, delante, nosotros delante, en la primera fila... ni los grandes almacenes ingleses el primer día de rebajas jajaja.
Una vez que estuvimos sentaditos juro y perjuro que nos portamos bien, que se nos puede llevar a la próxima presentación. Y entonces es cuando escuchamos el bello sonido del violín de manos de Alexandra Krivoborodov, que nos transportó al pequeño cuarto de nuestra Lucía. Alexandra, gran intérprete y sobre todo gran persona.
Y ya metidos en faena la primera que habló de la mesa presidencial fue Cita, nuestra Cita, nuestra Presi (que no me imaginaba yo que tenía esa voz tan bonita), para dar paso a la gran anfitriona, a la mamá de Lucía, a la señora de las letras, nuestra "escribidora", nuestra Mercedes Pinto Maldonado. Y después de ella el no menos grande Rafael R. Costa, nuestro Rafael, sí, porque en este club todos son nuestros jeje.
Mercedes estaba bastante nerviosa, pero supo aplacar los nervios y hacer una presentación maravillosa de nuestra niña, y qué decir de Rafael, que menos mal que lo suyo no es hablar en público, porque vaya pico de oro (¿Se me nota mucho que admiro a estas personas? No, yo creo que no), habló como sólo los grandes saben hacerlo y sin despeinarse oye.
Acto seguido vivimos otro momento emocionante, Cita leía un trocito de Maldita acompañada al violín por Alexandra, me consta que más de una tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no llorar, porque ese día no era para llorar, ni siquiera de alegría.
Luego se abrió un turno de preguntas que Mercedes fue respondiendo ya mucho más tranquila, pero si hasta yo me animé a hacer dos preguntas, quién me ha visto y quién me ve, a mi madre le tendré que enseñar el vídeo para que se lo crea jajaja.
Y después de eso llegó la tan esperada firma de los libros, todos con nuestra niña en las manos como niños con zapatos nuevos, esperando nerviositos en la fila a ver qué nos ponía Mercedes, y después fotos y más fotos, y risas, y a ver qué te ha puesto a ti, déjame verlo, no que te lo llevas, mi libro dónde está mi libro, etc. Estábamos como los niños que esperan la cola para ver al paje real con su cartita en las manos. Ilusión, nervios, ojos brillantes, alegría... y si no nos invitan amablemente a irnos los guardas de seguridad, todavía seguimos allí.
Después todos juntos, fans y escritores, nos fuimos a cenar al restaurante La Traviata, y por un día me dije: Colesterol no quiero saber nada de ti (aysss cuando me haga los análisis, no lo quiero ni pensar). Y entre risas y anécdotas pudimos dar buena cuenta de todo lo que nos sirvieron.
He dejado una cosita para el final, antes de que empezara todo, cuando ya estábamos ubicados en la primera fila del salón, Mercedes se acercó a nosotros, nos fue reconociendo uno a uno y saludándonos, y cuando llegó mi momento pensé que me iba a poner más nerviosa o que iba a estar más cortada, pero nada más lejos de la realidad, nos dimos un abrazo como si nos conociéramos de toda la vida, pero no un abrazo de estos de compromiso, no, uno de los de verdad.
Y hasta aquí llegó mi crónica de la presentación de Maldita, sólo me queda decir que es una suerte haber conocido a todas estas maravillosas personas, guapas por dentro y por fuera, y todo un orgullo pertenecer a este gran club.
Pensaba poner varias fotos, pero como la mayoría ya las habéis visto y esto ha quedado muy largo, sólo pondré una a modo de resumen.
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Mercedes y Solete |
P.D. Muchas gracias a Tomás Gallego (hermano de Mercedes Gallego) y a Juan Manuel, por haberse encargado de los documentos gráficos de tan especial evento.