Sucedido

Hoy ha caído el diluvio universal en mi ciudad, poco más y tenemos que salir a nado… y justo ha caído cuando yo he salido, da igual a la hora que lo haga, siempre me pilla.

Pues bien, ahí estaba yo en una tienda resolviendo un asuntillo, cuando entra una zagalica toda empapada y literalmente tiritando, quería un paraguas, obvio, pero hubiera necesitado también una buena manta.

¿Cómo se le ocurre salir con tan poquita ropa y con zapatillas de verano con la que estaba cayendo? Ayyy alma cándida, si es que no estamos a lo que tenemos que estar…

Me dio tanta penica verla así, que yo que no soy nada dada a los abrazos, la hubiera dado el abrazo del siglo allí mismo, la hubiera metido debajo de mi paraguas, y no le hubiera puesto un piso, porque ya tengo bastante con pagar la hipoteca del mío jajaja

Pero una vez más mi cordura hizo acto de aparición, y comprendí que no era el momento ni el lugar para volverme cariñosona de golpe y porrazo, con lo que así, como el que no quiere la cosa, dejé tranquilamente que se fuera por donde había venido…