Hola, hoy voy a retomar la vieja costumbre de contar "mis sucedidos", sí, esas cosas raras que a mí me pasan por... no sé, ¿ser despistada? ¿ser rara? ¿ser simplemente yo? Tengo varias pendientes pero empezaré por la última que es la que tengo más reciente.
Pues estaba yo el viernes pasado en la cola de caja de un centro comercial muy conocido, sólo llevaba una pasta dentífrica (la salud bucal lo primero), había mucha gente pero ciertamente yo no tenía ninguna prisa, tenía que coger el autobús para volver a casa y todavía quedaba tiempo, para estar pasando frío en la calle estaba calentita en el centro comercial ¿no?
Pues bien, me coloco en una de las cajas y espero mi turno, llegan un matrimonio:
Él: ¿Eres la última?
Yo: Sí señor.
Ella: ¿Nadie te ha dejado pasar?
Yo: Es que no lo he pedido, tengo que coger el autobús y todavía le queda, para estar fuera con el día que hace estoy aquí.
Ella: Ahhh pues sí, tienes razón.
Y ahí sigo yo en mi cola. Cuando una señora dos puestos más adelante:
Señora: Chica ¿tienes prisa?
Yo: No señora, ninguna.
Señora: Era por dejarte pasar porque que tengas que esperar sólo para eso.
Yo: No se preocupe que no tengo prisa alguna, gracias.
Señora: No hay de qué, pero si quieras pasar dímelo.
Yo: De acuerdo, muchas gracias.
Ahí seguía cuando la chica de delante, que había escuchado las dos conversaciones, bueno, igual simplemente las había oído, me dice:
Chica: Pasa.
Yo: No de verdad, si con lo que le queda al autobús tendré que dejar yo pasar a la gente. Prefiero estar aquí calentita y no en la calle.
Chica: Ahh vale.
A estas alturas de la película empezaba a pensar que la gente tenía un interés extraño en verme fuera del establecimiento. Otros días los clientes se atrincheran en la caja como en el sillón de sus casas, mirándote con caras de pocos amigos dejándote claro que ni por asomo te van a dejar pasar, que no se te ocurra ni abrir la boquita y hoy, todo el mundo cediéndote la vez. A ver si es que olía raro y yo no me di cuenta de eso, en fin, en esas estaba cuando llega una última señora y:
Señora: ¿Sólo llevas eso y nadie te ha dejado pasar? Desde luego cómo es la gente!!!
Yo:
Pues bien, me coloco en una de las cajas y espero mi turno, llegan un matrimonio:
Él: ¿Eres la última?
Yo: Sí señor.
Ella: ¿Nadie te ha dejado pasar?
Yo: Es que no lo he pedido, tengo que coger el autobús y todavía le queda, para estar fuera con el día que hace estoy aquí.
Ella: Ahhh pues sí, tienes razón.
Y ahí sigo yo en mi cola. Cuando una señora dos puestos más adelante:
Señora: Chica ¿tienes prisa?
Yo: No señora, ninguna.
Señora: Era por dejarte pasar porque que tengas que esperar sólo para eso.
Yo: No se preocupe que no tengo prisa alguna, gracias.
Señora: No hay de qué, pero si quieras pasar dímelo.
Yo: De acuerdo, muchas gracias.
Ahí seguía cuando la chica de delante, que había escuchado las dos conversaciones, bueno, igual simplemente las había oído, me dice:
Chica: Pasa.
Yo: No de verdad, si con lo que le queda al autobús tendré que dejar yo pasar a la gente. Prefiero estar aquí calentita y no en la calle.
Chica: Ahh vale.
A estas alturas de la película empezaba a pensar que la gente tenía un interés extraño en verme fuera del establecimiento. Otros días los clientes se atrincheran en la caja como en el sillón de sus casas, mirándote con caras de pocos amigos dejándote claro que ni por asomo te van a dejar pasar, que no se te ocurra ni abrir la boquita y hoy, todo el mundo cediéndote la vez. A ver si es que olía raro y yo no me di cuenta de eso, en fin, en esas estaba cuando llega una última señora y:
Señora: ¿Sólo llevas eso y nadie te ha dejado pasar? Desde luego cómo es la gente!!!
Yo:
1 comentarios:
Jajajajaja de verdad... cosas que solo te pasan a ti... jajajajajajajaja.
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